domingo, 20 de mayo de 2012

Las vueltas del mundo


365 vueltas cada año.
Y en cada movimiento, infinitos sucesos.
Uno regresa con su mente al pasado y aparecen en escena los recuerdos. Cómo puede ser que haya ocurrido todo esto, que todo haya cambiado tanto.
Evolución o retroceso. Nos volvemos a posicionar en el quid de la cuestión.
Yo creo en dos respuestas; la verdad incuestionable y la perspectiva.
Porque el frío en invierno es una realidad mundial. Es la verdad. Pero depende del lugar donde nos encontremos, de la ropa que llevemos, será mayor o menor. La perspectiva.
Esta introducción viene a colación de lo que está ocurriendo en España.
De lo bueno a lo mejor, de ahí al desastre y cayendo en picado.
Me da una pena terrible.
Hoy he conocido al jefe de mi marido.
Le observaba minuciosamente y me daba cuenta que en la expresión de sus ojos, al describir lo que está sucediendo allí, no era otra que la de una preocupación inconmensurable.
Familias con hijos teniendo que abandonar sus casas para refugiarse en la de sus familias.
Personas que lo dieron todo por sus negocios y que ahora, no tienen como subsistir ni pagar a sus empleados.
Gente que a primera hora de la mañana, están junto a un contenedor para recoger lo que tiraron el día anterior.
Tremendo.
Pero no es la primera persona aquí a la que le escucho decir que en España, por no tener y por supuesto sin generalizar, lo que no hay es actitud. Ni ganas ni decisión. Y en este momento, muy escasas posibilidades.
Todos allí lo teníamos todo. ¿Quién no tiene un coche decente? ¿Quién no tiene un portátil, un teléfono de última generación? ¿Quién no se da un viaje al año? ¿Quién no va al cine o a tomar algo con los amigos?.
Todos lo teníamos todo.
Y muchos, viviendo por encima de lo que se podían permitir sin pensar en que si una fuente de ingresos quebraba, se iban a tambalear los cimientos de la economía hasta caer y desparramarse haciéndose añicos.
Pero en nuestra mentalidad antes no cabía el silencio ante tu superior en el trabajo. Tus derechos eran tuyos por encima de todas las cosas y se podían revindicar. Si considerábamos que dábamos más de lo que recibíamos de nuestras empresas, no les dábamos ni un ápice; llegado el fin de la jornada, a en punto, largo.
Pensar en un cambio de ciudad, de turno...era algo impensable.
Y seguimos en nuestro sitio, inmóviles en nuestro lugar sin darnos cuenta del error. Porque ese cambio de actitud, puede salvar a muchas personas.

Pero también soy consciente de que oportunidades, no las tienen todas las personas por igual.
Nosotros en concreto, hemos cogido uno de los últimos trenes.
Pero hay que estar dispuesto, hay que ser fuerte y abrir la mente.
La vida no se reduce a lo que hayamos estudiado, a nuestro pueblo, a nuestra cultura. El mundo, es demasiado grande.
Y finalizo con algo digno de ejemplo.
El marido de una amiga mía que perdió el trabajo después de toda su vida en la misma empresa, cuando fue a buscar otro empleo, le preguntaron qué sabía, qué prefería...y el contestó con todo el acierto: "Yo lo único que quiero es trabajar".

He ahí la actitud.
Porque el mundo da muchas vueltas.
Porque unas estaremos en la cima y otras, de rodillas.



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