viernes, 25 de mayo de 2012

Cars


Entiendo de coches lo mismo que de medicina nuclear.
Es decir; nada y menos.
Solo sé si me gustan, si no, conozco algunas marcas y si pueden correr más o menos.
Y con estos escasos conocimientos, se nos plantea la elección llegado el momento de comprar uno, con lo cual, los interrogantes se presentan por docenas.
Aquí no es que sean grandes, es que son tanques y de ver tantísimos, a mí personalmente me ha trastocado el sentido del tamaño (de los coches estamos hablando).
Y cuánto más inmenso y más caro, mejor, claro que, de media, cualquiera vale millón y medio de pesetas menos que en España debido a la exención de impuestos.
Pero hay que tener en cuenta que a parte de este dato, que es estupendo, otro fundamental es la manutención.
Que te traigan una pieza de Alemania puede costar seis pares de riñones y sin embargo si viene de Corea,  pues obviamente, no tanto.
Abundan los coches de cuatro marcas en concreto, sin embargo Audi y Mercedes...más bien pocos, pero esto tampoco es primordial, lo primero, el tamaño. Si las ruedas son tipo tractor mejor. Si los espejos retrovisores son como los de un cuarto de baño, mejor también. Si el volante es como una paellera para 36, pues encantados.
De manera que si practicamente todos los coches de la ciudad tienen semejantes tamaños, te condiciona en la elección.
Si quieres arriesgar y salir volando por los aires y aparecer en Cangas de Onis en dos minutos, te compras un Smart o un utilitario pequeño.
Si quieres sentirte "algo más protegido", has de comprar uno tipo "cancarrio".
Y así, poco a poco nuestras elecciones se van reduciendo.
Pensábamos en comprar uno de segunda mano de algún expatriado que se marcha, pero como todas las personas que vienen se emocionan con el hecho de que valen menos dinero, se acoplan unos trastos que después, pasados varios años, siguen costando una fortuna y, por esas cifras, nos compramos uno nuevo.
No será el coche familiar, con lo cual tampoco queremos un monovolumen de 7 plazas.
Será "mi coche" puesto que lo necesitaré en Septiembre para llevar a Gormiti al colegio y así también, disponer de independencia ya que no hay metro y escasos autobuses públicos.
Por supuesto, previa autorización de mi marido. Si él no quiere redactar el correspondiente documento "dejándome" conducir, no tengo nada que hacer excepto ir en taxi a todas partes.
A si que, estamos entre dos modelos y que no hay manera. Que si opiniones, que si foros, que si revistas...y yo cada vez, entiendo menos.
El color lo tenemos. Algo es algo.




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