jueves, 30 de mayo de 2013

El perfume


"Hay en el perfume una fuerza de persuasión más fuerte que las palabras, el destello de las miradas, los sentimientos y la voluntad. La fuerza de persuasión del perfume no se puede contrarrestar, nos invade como el aire invade nuestros pulmones, nos llena, nos satura, no existe ningún remedio contra ella".
Esto fue escrito por el autor de la novela "El Perfume", Patrick Süskind.
Yo la leí hace años. Me apasionó la manera de describir algo tan efímero como son los olores, las frangancias,  todo lo que aquello consigue despertar en una persona. La historia del protagonista, Jean-Baptista, un hombre genial, estremecedor y con un extremo sexto sentido olfativo.
Os cuento esto, como introducción a otra costumbre árabe.
Les encanta el culto a la belleza y entre ellos, les fascinan los olores.
Me llamó la atención cuando llegué, ver que había muchísimos centros de estética para hombres. Y yo, que no es que observe las cosas sino que hago una especie de "visiónláserrayox" cuando tengo fijación con algo, me dí cuenta de que la mayoría de los emiratíes de Abu Dhabi, llevan una manicura perfecta. La barba milimetricamente afeitada. Les recortan las partes más angulosas con una especie de hilo y da la sensación de que la llevan (la barba), pintada con sombra.
Tienen la piel pulcra, bronceada logicamente (hasta que a alguno le entre la perra de querer volverse como Michael Jackson) y, pese a ir todo el año en sandalias, cosa que es una especie de atentado contra los pobres pies, también son pieses de pedicura.
Es un misterio con qué planchan la Kandura, su vestimenta habitual. No se arruga. Bajan del coche inmaculados y el tejido se mantiene firme y tieso como la pata Perico.
Pero donde quiero ir, es al olor.
Es difícil que por donde pasen, ellos y ellas, que no dejen una estela de su perfume. Y todos de una intensidad tremenda. Ciertas notas, se quedan perennes en el aire, fragancias que yo no recuerdo haber olido nunca, unas agradables, cálidas, exóticas, cítricas, amaderadas...y otras, que harían vomitar a una cabra. Las cosas como son.
Bueno, fueron ellos los árabes quienes hicieron los mayores avances en la historia del perfume. De hecho descubrieron e introdujeron el Azmicle, una sustancia que puede llegar a ser tan penetrante que solo un gramo puede aromatizar cientos de miles metros cúbicos.
Como curiosidad, os cuento que el sultán de Omán, decidió hace años, contratar a uno de los mejores perfumistas y crear una fragancia única; Amouage cuyo valor por el precio de 100 ml. es de 360 euros y la cual incluye dentro de sus 120 ingredientes, incienso de Omán. Es uno de los preferidos por los árabes y se vende como en España el Nenuco.
Por esa razón al principio, no sabía qué era eso tan característico que desprendían muchos de ellos y ellas. Es sin duda, genuino. Por supuesto también usan muchísimas marcas internacionales y hay tiendas de alta cosmética y perfumería, como bares en España. Ojo.
Pero no es el perfume más caro. He leído que otro llamado "Majesty" diseñado por un perfumista británico supera toda barrera lógica hablando de presupuestos. Fue creado a petición de la reina Victoria de Inglaterra y fue elegido para los pasajeros de primera clase del Titanic. ¿La friolera del frasquito en la actualidad? 195.000 euros. Sí, ciento noventa y cinco mil euros. Pero tuvieron el detalle de crear una versión de 29 ml. por valor de 1.600 euros que es más adaptable pa´l bolsillo. A lo mejor, la otra, es que viene en tamaño garrafa y necesitas una pick-up para cargarlo hasta casa.
Y, adaptándose a los gustos y ventas del mercado Emirato Árabe, están las firmas internacionales que crean nuevas fragancias incluyéndolas en todas sus gamas de productos.
La Nivea, la de toda la vida. Aquí existe una versión "musk-cereza". Y para gustos, los colores y los olores.
Yo personalmente me niego a ir oliendo a frutos rojos que esos ya me los como en los Special-K. Sería como que te faltase un moño de nata en la cabeza después de ponerte el body milk.
El desodorante. Lo hay fresh-pepino. ¿Pepino?. La parte del sobaquillo es complicada, en unos más que otros, lo sabemos, pero de ahí, a que te huela a gazpacho....no sé qué es peor.
Entre una cosa y la otra, vamos alcanzando los puestos hortofruticulas peeeeeero, es que también, existe un gel íntimo en el que pone "papaya" y al lado, aparece una foto de una orquídea lo cual, me parece cuanto menos inquietante. Es como si se hubieran inventado un Ambipur para "ahí".
No lo tengo nada claro, nada y, por supuesto no pienso probar.
Es una zona delicada, con un olor intrínsenco corporal y especial de por sí. Todo debería oler a limpito, a tu gel de baño de diario. Pero no, más, puedes hacer que huela a papaya y a...orquídea. No sé, sería como llevar bajo la ropa interior un Bio frutas de Pascual.
Y yo no quiero ninguna parte de mi cuerpo me huela a repostería como si fuese una tortita con sirope de fresa de Vip´s, ni que el aleroncillo me huela ni a zorro mochón pero tampoco a pepinos recién sacados de las tierras y por supuesto, que mi parte más personal e íntima, sea como llevar la cesta de frutas de Celia Cruz.
Imaginaros qué cuadro; embarazada, oliendo a zanahorias, aguacates y frambuesas y para colmo, con unos pendientes en forma de tomate. Sin contar el tufillo del Bio frutas saliendo de un lugar sospechoso.
Vamos, que para exprimirme.

P.D: Adjuntaré la foto del gel en cuestión en cuanto la tenga.










domingo, 19 de mayo de 2013

Una parte imprescindible



Creo que todos los lectores de este blog, lo venís sospechando; El Alquiler de los Valientes se asoma a su final de temporada o quizá a su fin definitivo.
Puede ser que esta sea su penúltima entrada.
Es probable.
No quería llegar a este punto, sin hablar de quienes fueron y son, una parte imprescindible.
Es algo demasiado personal, puede que ni de interés para otros lectores.
Puede ser.
Pero como os digo, fueron y son, una parte imprescindible, la familia que uno escoge.
Y quiero dedicárselo.

Hace no muchos días, mis ojos se ponían como los faros de un camión viendo fotografías inesperadas de cuando pertenecíamos a esa época guerrillera y desobediente. Donde nos enamorábamos y nos abandonábamos hasta llorar mares, donde nos reíamos hasta que nos dolían los mofletes.
Confidencias, secretos, besos, canciones, merendolas, enfados, intercambios de ropa, citas, el cole, los mismos profes, los mismos canallas inmortales, nuestra misma edad...
A unos los conocí antes.
A otros los conocí después.
Mi ángel de la guarda los puso ahí, en mi vida, para hacer en ella un espacio inmenso vital, una pequeña escuela que me enseñó y me hizo en parte, lo que soy ahora.
A estas alturas, con un largo recorrido, independiente y propio, seguimos teniendo nuestro punto de unión. Nuestro lugar.
En primera línea, en el palco, se encuentran muchísimos de esos recuerdos.
Mi primera pandilla del cole. Todas sacaban buenas notas menos yo. Nos encantaban los "New Kids on the Block". Llevábamos la carpeta clasificadora llenita de fotos de aquellos chicos que nos parecían de lo más guapo del universo. Los cumpleaños, con ganchitos naranjas de los cuales no se te quitaba el color de los dedos ni restregándote con acetona. Los sandwich de nocilla, las medias lunas de jamón york y queso...
De aquella época escolar tan difícil para mí y tan bonita a la vez, perduraron Ana Belén y su inteligencia espontánea y Sonia, mi amiga Sonia.
Los sinvergüenzas aquellos siempre estaban. Las chicas, no podíamos vivir con ellos pero sin ellos tampoco. Jamás creo haberme reído más con nadie. Daba igual que fuera media hora o, el día del famoso chocolate de mi pueblo. Era inolvidable. Todos ellos, con sus defectos, con sus virtudes, con sus payasadas y sus gilipolleces, todos, son especiales hasta un punto infinito. Porque estábamos juntos, desde que llevábamos las rodillas desolladas y pedíamos la propina, hasta ahora, hasta hoy y hasta siempre espero.
Ahí estaban y están ellos; Carlos, Godo, Abel, Edu, Rober, Koldo, Pablo, David...otros se perdieron por el camino. No tenían que estar por alguna razón aunque, tienen su pequeño lugar.
Como en el Bolero de Ravel, al igual que instrumentos, se iban sumando personas imprescindibles.
Ellas.
Siempre ellas.
Ahí. De día, de noche, de tarde, de madrugada, de buenas, de malas, echando la partida, bailando, compartiendo historias de amor, angustias, risas, risas a borbotones con lágrimas desparramadas, redencillas, cuchicheos...todo. Qué más daba lo que fuese. Ahí estábamos. Ahí estamos.
María, Sonia, Carolinilla, Silvia, Sirya, Carolina...
No importa donde vayamos.
No importa donde estemos.
No importa qué profundo o no sea lo que pueda ocurrirnos.
Estamos juntas.
No hay páginas suficientes para tanta anécdota, y a mí el recuerdo me basta.
Se oye de fondo una canción, y por inercia todos nos juntamos en el mismo punto pasándonos los brazos por la cintura.
Cantamos al unísono, asiduamente con una copa en la mano:
"Donde empieza y donde acabará el destino que nos une, y que nos separará.
Son mis amigos, en la calle pasábamos las horas.
Son mis amigos, por encima de todas las cosas."
Sí, me quedo con estas últimas palabras.
Por encima de todas las cosas porque la amistad, puede tener muchas comas, pero dificilmente, un punto y final.

Gracias infinitas por estar ahí.
Pau.