domingo, 13 de mayo de 2012

Family Beach


Recordareis por entradas anteriores, a la mencionada playa de Corniche.
Bien, pues en ésta, existen las llamadas "family beach".
Son playitas privadas y no es necesario ser una familia para poder entrar.
Desconocía qué tendrían para hacerlas mejores puesto que ya, de por sí, es estupenda.
Pues os lo cuento ya que los sábados por la mañana solemos ir, de nueve y media de la mañana a once y media aproximadamente porque a partir de esa hora, realmente el calor, es insoportable. Y dicen que esto no es nada.
Los adultos pagamos 4 euros por persona y los niños 1 euro.
Hay tumbonas con una mesita en el centro y la sombrilla correspondiente. Enseguida, viene un señor a limpiar las tumbonas con un cepillo y te pregunta si quieres beber agua fresquita, entonces te trae una botella y un vaso con hielo (esto lo pagas claro).
Donde acaba la arena, comienza el césped, lo cual se agradece infinito cuando estás recogiendo toda la parafernalia porque si no, como ya sabemos todos, acabas con arena en la arena hasta seis meses después y en sitios donde jamás creerías que podría colarse.
También hay una carpa con una zona de juegos infantil, lo cual a mí personalmente, me parece una idea estupenda para los crios.


Hay un dispensador de agua fría mineral, cuartos de baño, duchas y unas jaimas.
Continuando con el hábito de la ciudad, hay numerosas personas limpiando constantemente todo.
Las jaimas sobre todo son utilizadas por las familias con camadas. Porque aquí, el mínimo son cuatro hijos (con el dinero que tienen podrían tener incluso treinta y dos). Más las tatas filipinas que pueden ser dos o tres o cuatro o las que estimen necesarias.


Entonces cuando estás ahí, tumbada, con tu cabeza bajo la sombra, sin a penas ruido (porque hay poquita gente), piensas que desde luego merece la pena pagar cuatro euros.
Pero sí me llama algo la atención.
La gente, es muy marrana.
Una cosa es, que cuando alguien se marche, vaya un operario y recoja la zona para dejarla en condiciones para las siguientes personas y otra, es ser un auténtico cerdo.
Desde un banco de la zona de juegos, ví como se marchaba una recua de niños con sus tatas, su padre y su madre o sus madres o sus tias o yo que sé de donde salía tanta mujer.
El caso es, que dejaron aquello, que ni el vertedero de Valdemingomez.
De multa, a ellas les hubiese rapado el pelo para que llevasen el pañuelito pero por algo.
También me llama la atención como ellas se bañan totalmente tapadas, no con la abaya, que es la túnica negra con la que se visten, sino con una especie de mono de manga larga o con un chándal.
Pero bueno, ahí ya entramos en temas sensibles.
Sea como sea, con pañales con pises en la orilla del mar que alguno hemos visto, es todo un plan para el último día del fin de semana.
Y lo mejor, a dos minutos de casa.










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