viernes, 26 de octubre de 2012

Las fuentes que bailan


Abu Dhabi no es muy grande pese a que como es de costumbre, todo aquello que construyen, "sea mayor que o superior a". Tiene un millón de habitantes y al ser una ciudad relativamente nueva, los lugares a visitar se pueden contar con los dedos de la mano, de manera que muchas veces, solemos hacer una escapada a nuestro vecino Dubai el que nos queda aún por explorar.
Una vez más, visitamos los pies del Burj Khalifa.
Y no importa cuántas veces inclines hacia atrás el cuello para observarlo, porque es admirable. Se dice se comenta, que se trabajó tanto y tan duro, que a veces construían una planta cada cuatro días. A costa de qué, eso es otro asunto.
Éste tiene un lago artificial y un pequeño puente de diseño árabe que comunica el Mall (centro comercial) con un Zoco y un hotel inspirado en la misma estética que no supera las dos plantas. Las terrazas de los restaurantes bordean el lago, todas las lámparas, farolas y velas comienzan su iluminación al caer la tarde y, desde mi punto de vista, es un pequeño paraíso en la tierra.
Y, dentro del mencionado lago, están las fuentes que fueron calculadas y diseñadas por los mismos ingenieros que las de Bellagio de las Vegas aunque, más grandes (porque como podéis imaginar, el gobierno  no puede pensar en tener "algo más pequeño que").
La danza comienza al anochecer. Fueron a penas 6 minutos (lo hay más completo) pero el espectáculo y coreografía de luz, agua y sonido, es sobrecogedor y del todo imposible que te deje indiferente.
La música árabe estalla y los chorros de agua, como líneas de luz, bailan a su son.
6.000 focos y 50 vídeo proyectores iluminan el agua.



Sus impulsores, son capaces de lanzar el agua a más de 150 metros de altura conformando círculos y formas  de colores. El baile es perfecto, el movimiento sincronizado, y sin darte cuenta, te quedas encandilado observándolo.
La música termina de repente, y esas filas infinitas de agua desaparecen provocando un minuto de silencio entre todos los admiradores que, cuando salimos de ese estado de admiración, rompemos en aplausos.
Imprescindible en una ruta turística y maravilloso.
Ahora bien, no penséis que todo es tan divino y tan "ouyea", que es de lo más trendy y chic poder estar en la terraza del hotel Armani y tomarte un cocktail de 12 frutas tropicales traídas de las Fidji, que todo esto esta envuelto en el anagrama de Louis Vuitton. No querid@s míos.
En la próxima entrada, os lo demostraré.





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