jueves, 4 de octubre de 2012

No estamos locos...


...que sabemos lo que queremos....
eso decía la canción.
¿A costa de qué? pues de todo hijos míos, de todo.
Después de ver a una niña en la playa con los pies como si los acabase de sacar de un barreño con agua caliente y sal, cuando en realidad, la causa de esos pies chuchurrios no era otra que la de llevar botas de borrego a 38 grados, entiendo a mi abuela más que nunca cuando decía eso de " eres más tonto que Abundio, que se cayó de espaldas y se rompió la nariz".
Porque hay que estar, y que me perdonen, muy trastornao.
Vale, "sabemos lo que queremos". Y yo lo entiendo porque a mí me ocurre; me encantaría poder ponerme ese jersey de lana y cuello alto, esa chamarra forrada, esas botas de esquimal...pero aún me queda algo de coherencia en el pensamiento.
Comprendo que las firmas de ropa, lancen sus colecciones por igual a todos los países pero qué pretenden vender...almas de cántaro...
Y la gente que vive por estos lares, seguirá canturreando: ..que sabemos lo que queremos...
Ya te digo, aunque sepan que se juegan ampollas como aguacates donde sea, y digo donde sea con todas las letras, son de ideas fijas.
Hoy hemos visto a un chaval con un gorro de lana andino, si si, con su pompón y sus orejeras y, a falta de adornos, estampados y la llama, me llevaba la criatura, unos cascos de esos que pesan kilo y medio.
Y hablando de esto, fijaros, tanto tanto y tanta tanta tecnología, y llevan esos aparatos como si fuesen dos chirimoyas en las orejas pero eso sí, el iphone o móvil macrohipersuperouyea plano y compacto en el bolso.
Lo dicho, me asombran los niveles de cordura.
Pero seguimos seguimos.
Venga, comprendo también, que si muchos meses al año la temperatura media es de 36 grados, que cuando baja a 25, pues oye, que se pase frío, pero ¿cuánto frío? ¿cuánto?, pues debe ser todo, porque llevar un pantaloncito de pana que es el material con el que se hizo el traje de Antorcha, sudadera de algodón pero del gordo y un foulard enrollado de tal manera que parece un neumático, por mucho frío que se tenga...o a esa persona le falta un hervor o quiere que le brote el sarampión.
Y si quieren poner a sus niños leotardos, pues leotardos hasta que la criatura sude como un operario descargando vigas.
Y si quieren llevar guantes, pues guantes al canto no sea que cojan sabañones.
A si que cada vez que veo alguna de estas estampas, me saco el abanico del bolso porque de lo contrario, me subiría hasta la tensión ocular.
Chicas, que queda monísimo un pantaloncito corto o un vestido con unos botines o botas, sin medias, luciendo la cacha, pero reconozcamos, que no hay por donde cogerlo.
A si que no me quiero imaginar qué será esto cuando llegue Enero.
Igual nos encontramos a gente haciendo hogueretas en bidones de metal y asando castañas.
Menudo cuadro para una madre, menudo cuadro.





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