jueves, 14 de junio de 2012

Te veré pronto

Y tú a mí.
Me dabas miedo antes de conocerte, eras en palabras de otros, muy diferente.
No sabía si me intimidarías, ni como me acogerías, ni si me asustarías con tus costumbres, no sabía si serías bella o la fea del baile.
Tuvimos nuestro primer encuentro fugaz de madrugada y a penas pudiste mostrarme nada, excepto una adelantada estación veraniega.
Madrugas demasiado querida y, te recoges también a horas muy tempranas;  a penas me das tiempo a dormir más allá de que empiece haber algo de vida en tus calles.
Pero eres tranquila y pacífica. Nos calmas con tu mar y nos ofreces largos paseos por tu playa caída la noche, nos has hecho sonreír con tus peculiaridades y con otras, realmente nos has sorprendido.
Eres grande pero demasiado joven, aún te falta mucho por crecer y por muy altas que sean tus torres, careces de historia. Es cierto que avanzas rápido, que dentro de no mucho quizá hasta seas cosmopolita como tu vecina. Eres tolerante y no tan rigurosa como se ve desde la lejanía.
Con las familias, eres especialmente generosa y tu enfoque principal no es otro.
Demasiado cara opino, pero tu tranquilidad es envidiable; no albergas personas sin hogar, ni miseria ni delincuentes.
No eres lugar de alboroto.
Ni eres lugar de jaleo hasta el amanecer.
Mi reto es tu idioma, mi talón de Aquiles, pero conseguiré comprenderte.
Creo, que nos hemos hecho amigas, has conseguido que te sienta como mi hogar y has logrado, que quiera volver a estar a tu lado en unos meses.
Este ha sido nuestro principio y espero, que pueda escribir otro capítulo sobre tí, sobre nosotras.


No hay comentarios:

Publicar un comentario