lunes, 10 de diciembre de 2012

Arena y Paz, se hacen llamar Rub Al-Jali





Si Dios viviese en la tierra, sería allí, en Qasar Al Sarab donde lo haría.
En el desierto de Rub Al-Jali , literalmente "cuarto vacío", la mayor extensión desértica y con mayor cantidad de arena del mundo.
En una de las regiones más inhóspitas de la tierra que ha logrado con su poder, que los mismisimos beduinos teman adentrarse en ella.
En donde en el comienzo de los tiempos, los egipcios utilizaron su granito, lima y roca de arena como materiales de construcción en su imperio.
Allí, donde las dunas de polvo en colores tierra se alzan infinitas.
Donde cuya banda sonora, es el silencio.




Y allí, llegó la mano del hombre, construyendo un lugar de reposo y calma. Que te asombra, que te roba las palabras, que atrapa todos tus sentidos, que sencillamente te embriaga y donde el vaivén de la vida cotidiana, queda enterrado entre el polvo.


El día, lo llena de belleza infinita y la noche, lo convierte en perfecto.
Un lugar, donde vi desde que me marché, un cielo invadido de estrellas.
Un lugar, donde las palabras, por muy perfectas que vayan hiladas, no serán capaces de describir algo tan lleno de magia.
Palabras que esta vez, con la imaginación, no podrán llevaros de la mano.



Que me perdonen quienes consideraron que este paraíso, está dentro de los diez mejores de todo el mundo. Porque no tienen mérito.
Porque no hay descubrimiento que valga, en algo tan evidente.











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