martes, 2 de diciembre de 2014

Bronca con Lima

Quizá, tenga que pedirte perdón más adelante.
Quizá.
Pero no me importa porque sé hacerlo.
Ahora de momento, estoy enfadada. Muy enfadada. Y cansada, muy cansada.
Y tú y yo, vamos a tener camorra.
Anoche, me enseñaste la luna. Muy tímidamente por cierto (tú y tu generosidad climatológica). La segunda o tercera vez en casi siete meses. Ohhh...no te vaya a dar lumbago del esfuerzo.
Y cuando te viene en gana, me intentas demostrar que dispones de otro outfit diferente al que de manera constante y continua le eres fiel. Señora mía, no presuma que tiene lo puesto; lo que me quito y lo que me pongo cuando me acuesto. Y pare de contar.
Porque hasta ahora, mucho gris plomo, mucho marengo, mucho ceniza, mucho humo y para darle gracia (léase la ironía), un complemento fetén; la humedad que todo, sí óyeme bien, todo lo pudre. O sea que no me vengas de it girl. No pretendas ir de guay porque no llegas a debutti. Y te permites desde hace dos semanas escasas y a ratos cortos, ponerte una blusita azul. ¿Y qué pretendes? Sí, claro que la tienes, y obligatoriamente tendrías que usarla más para que se te quitase esa cara mustia y de ajo. ¿Acaso no te das cuenta como se eleva en belleza aquello que perse, ya lo es?.
"Pues sí que tengo sol" me dices con rintintín y la cabeza alta.
Claro que lo tienes, de lo contrario sería el final del camino. Pero de dónde te crees que vengo que presumes de algo tan vital. Te lo voy a decir chata, del mismisimo desierto.
Desde luego, estás encantadísima de conocerte. Tres barrios bonitos creo que tienes, tres. ¿Cuatro? venga, voy a ser generosa. Edificios magníficos, grandes, amplios, jardines cuidados, impolutos, palmeras despelujadas...y sí, también un café de lo mejorcito que he probado en mi vida, y una gastronomía reconocida como una de las mejores del mundo (obviamente reconocida por otros no por mí ).
"Aquí vive gente con verdaderas fortunas. Gente top en barrios top. Tienen carrazos, sus hijos van a colegios carísimos y las señoras llevan el sello del bisturí".
Haces que me revuelque de la risa. Ignorante...alma cándida. Tienes de todo como en botica. No te permitas el lujo de relajarte porque te queda un inconmensurable camino de aprendizaje y de crecimiento. Que porque tu país tenga cosas maravillosas, ni eres la reina del baile, ni la guapa, ni la mejor vestida y por supuesto, tus estados de buen humor, no te hacen lo que se dice alguien amable precisamente sino que más bien, te convierten en una desequilibrada.
Dices que tú sabes, que sabes esto, que sabes aquello...y no sabes ni a tocino aunque te unten.
Que me tienes hasta el último pelo (y ultimamente tengo más de los permitidos por ley) de tener que limpiar las malditas maletas; tú y tu maldito moho. Ahí, daditos de la mano. Está claro que Dios os creó y solitos os juntásteis.
Que no puedo soportar más, tus 16 sonidos de alarmas de carros diariamente (ahora ya sé porqué los llamáis así; a muchos les faltan los bueyes).
Que cada noche a la misma hora, el mismo gilipollas se pasa 200 metros y ha de dar marcha atrás con el soniquete de la lambada.
Que a ese gilipollas de la marcha atrás se suma el pitorro durante el día, de unos señores que van vestidos de amarillo con una bici/carro amarilla también y con un cartel de helados. Y que pese a su discreta indumentaria, tienen que tocar una estridente trompetilla porque fíjate, que jamás deduciría lo que son y lo que venden.
Que se me cae el alma a los benditos pies cuando cada tarde veo a la misma familia medio borracha arrastrando de la mano a dos niños pequeños.
Que las paso canutas cada vez que cojo el coche porque me juego el pescuezo cuando voy a buscar a mi hijo al colegio.
Que me frustra no poder comprar nada porque en las mismas tiendas que hay en Europa, tú como eres la única y la más fashion del planeta, toda la ropa tiene más años que la orilla el río y de una estación opuesta a la que haya en España, a parte de llevar subidos los precios al cogote.
Que me desespera que pese hablar español, ni me entendáis ni os entienda.
Que estoy hasta las pelotas, hasta las de mis hijos, de mi marido, y de todas las pelotas que hayan podido pasar por manos de Rafa Nadal, de tí y de tu puñetera soberbia.
"Estás aquí porque yo te llamé".
No te confundas querida. Estoy aquí porque yo quise, porque yo así lo decidí.
Eso sí; no me engañaste cuando llegué; ya me mostrabas tu cara más amarga cual la hiel.
Ahora ¿qué te pasa? ¿qué estás de buenas?.
"Mira que bonito Barranco ese barrio tan bohemio y tan pintoresco, mira San Isidro con sus edificios nuevos y gente bien, Españistán que lo llaman y Miraflores...más quisieran muchos..."
Mira, mira, mira...tengo tengo tengo...¿sabes qué decía una canción de unos tipos que se llamaban Celtas Cortos? Que un rey tuvo tres hijas, las metió en tres botijas y las tapó con pez. O sea que eso de que tengas...pues sí, tienes, pero todo para tí que te hace mucha falta.
Y estoy cansada. Cansada de hacer y deshacer cosas constantemente sin descuidar a mi familia.
" Ah niña, eso ya es cosa tuya".
Cállate, anda cállate...y no me mires así. Tenemos que estar juntas por obligación. Esto es una relación exclusivamente de conveniencia. Porque no me queda más remedio. Pude con un gigante una vez. Pude con el desierto. Y pese a recibir por su parte más palos que a una estera, parte de mi corazón se doblegó y conseguí quererla (que no amarla).
"Conmigo te sucederá igual".
No. Voy a manejarte. Voy a gestionar tus vaivenes. Voy a usar de tí aquello que más me interese y te dejaré tirada en cuanto pueda. Que no te quepa duda.
En 10 días, aunque sean casi 13 horas de vuelo, voy a entrar en el avión en un estado de felicidad pleno.
"ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja, consigo que huyas".
Sí, huyo, desde luego que huyo.
Pero che! no te vayas tan estirada, tú, tia triste: ve directamente al rin que tú y yo vamos a empezar con el kick boxing a mi vuelta.
Y ten miedo; te enfretas a una Segoviana.





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