miércoles, 10 de septiembre de 2014

Unas poquitas de cosas


Hoy, querid@s lector@s de este humilde blog, toca un poquititititititillo de clase informativa sobre Lima que no os he contado nada hasta ahora, pero algo de miga ya tengo para escribiros unas líneas.
Aquí estamos, a orillas del Océano Pacífico. 13 horas de avión más o menos respecto a España y con una diferencia horaria también, de unas 7 horas menos. No voy hablar del viajecito. Como dice mi amiga "habibi", después de un vuelo de más de 8 horas, empieza a oler todo. Te huele el pelo, los ojos, las uñas, el asiento, los zapatos, los pies, huele el de al lado e ir al baño pasado ese límite, es material para un capítulo del último superviviente porque eso se convierte en una ciénaga. Y sin tele, para bordarlo.
A lo que voy.
Decimos que Madrid es grande ¿no?, actualmente hay más de 3 millones de habitantes según el censo, pues bien, Lima en el 2007 ya rondaba por encima de los 7 millones de habitantes con una aglomeración urbana mayor a los 8,5 millones siendo la ciudad más poblada del país y también, de las más pobladas de América Latina. O sea, que esto es la guerra. Hordas y hordas de gente por todas partes.
En consecuencia, imaginaros el tráfico. O lo que sea porque creo que no hay ni definición.
Hay más de 652 rutas que son realizadas por buses y microbuses y...combis. Las combis, son una especie de artefacto deficiente en condiciones tanto materiales como higiénicas, pero como por algún milagro, funcionan, pues ahí las tienes facilitando la circulación. Entonces tú, que vas caminando por la acera, de repente como una aparición, asoma en la NO puerta del parato circulatorio, un señor que berrea: " A Chorrillos a las Chimbambas a Chirimoya a Chopitos a Chorolla a Chiclayo a Chamarra a Chompa!!!!!". De todo con "Ch" menos a la chatarreria que es donde tendría que estar el coso ese con cuatro ruedas. Y ya depende de la ruta recitada, pues si te acopla y tienes huevos, te subes.
¿Y qué es lo que pasa? pues que esto no hay un Dios que lo solucione. Están poco a poco, introduciendo en ciertos barrios, autobuses de los de verdad, de los de la definición del diccionario. Pero, esto está desembocando en un problema social; la gente no tiene dinero para pagar "esa categoría" de vehículo. Total, que de momento, esto es el coño la Bernarda.
(Fotos verídicas).



Y esto, tal cual podéis ver, es el tráfico diario de Lima. Sí hijos míos sí. Esto es.
"¿Y tú conduces?". Conduzco sí. Tú te echas a las carreteras, a los caminos con toda tu valentía. Solo hace falta hacer testamento y esperar sobrevivir. 
Para facilitar más las cosas, los semáforos no están donde debes detenerte, no, sino al otro lado de la calle, o sea, perfecto para acabar embestido por los cuatro puntos cardinales en cualquier momento.
Y el ruido. Les fascina el ruido. Hasta cuando un camión da marcha atrás, en vez de sonar un pi pi pi de toda la vida, ellos le ponen el soniquete de la Lambada. Si, la Lambada de antaño. La de " chooorando se foi" esa si, esa, la que se bailaba con una faldilla de 3 cm de largo. Las alarmas de los coches, son sensibles cual piel de bebé. Pasa una moto; ninoooooooooooo ninooooooooooo, pasas con el perro nino ninoooooooooooooooo, pisas un bicho, ninoooooooooooooo ninoooooooooooo, sale el artículo 33, ninoooooooooo ninoooooooooo. Yo, al día desde casa oigo alrededor de unas 10 diarias. También, para joder otro poquito la marrana (ya siento el vocabulario hoy pero es lo que toca), tenemos esas bocinas polivalentes, que valen para anunciar una incorporación, un giro, una parada, una incorporación...
A si que todos los días es una aventura, una dosis de adrenalina.
Luego tenemos el clima. Yo es que debo ser mujer de extremos; lo soy para los colores no iba a ser menos en esto.Según fuentes fidedignas, hay una persistente cobertura nubosa que dura alrededor de siete u ocho meses con una humedad del 100%, produciendo una neblina persistente de Junio a Diciembre, convirtiendo la ciudad y tu propia casa en una cripta. Dice la Wikipedia, que solo hay 1.284 horas de sol al año. Entonces, dices "noooooooooo, en mi casa no hay humedad porque tengo barras metálicas calefactables dentro de los armarios". JA. Un descuido, un "No oreo hoy los armarios que me da pereza" y cuando metas el pie en una bota, palparás en la planta del pie, las auténticas jornadas micológicas. Allí albergará a sus anchas D. Moho que se ha ganado el "Don" por su extendida presencia. Y el fondo del armario, parecerá un paisaje de Escocia. Y el escurridor de los platos se oxidará como los barrotes de una alcantarilla. Y probablemente con el tiempo, podamos coger musgo de los cercos de las ventanas para hacer el escenario del Belén en navidad. Porque aquí señores y señoras, el climalit es un gran desconocido. Los cristales de las ventanas son del grosor de los de las mamparas de la ducha. Y no es que se encajen en una perfilería, no. Cierras la ventana y el cristalillo, timidamente se apoya en la pared. Vamos, que te levantas y el inconsciente puede hacerte pensar que vives en los Carpatos.
Eso sí, no hace frío. Un consuelo.
Pero pero pero, acá hay un fenómeno llamado "El Niño". Literalmente es: cambio en los patrones de movimiento en las corrientes marinas que hace que el agua sea cálida. Y que salga el sol. El nombre, fue ocurrencia de los pescadores. Cuando salían a faenar, notaban que el agua estaba a otra temperatura y que no había pesca. Como coincidía siempre en fechas navideñas, fue que lo llamaron así, como el Niño Jesús. (Ele, ahí me suena la Lambada otra vez). 
A si que, aquí estamos esperándolo, al Niño a la Madre a Dios y al Espiritu Santo y a que llegue la primavera. (Primavera que no llega como decía Jarabe de Palo).


No hay comentarios:

Publicar un comentario