domingo, 8 de septiembre de 2013

Por favor, un billete con destino a "Rutina".

Hemos vuelto a los amaneceres escandalosamente tempranos; que el "levantamiento" del sol, ronde las cinco y pico de la madrugada, tenía que estar prohibido por decreto ley.
Y aquí estoy, en el salón de mi casa, con una mascarilla/pócima a base de yemas de huevo y aguacate, espanzurrada por mi corta melena a fin de prevenir unos pelos como cuerdas de guitarra, pero de guitarra eléctrica de esas de las de macarra.
En mi mente, aparece la conversación imaginaria que tuve hace más de un mes:

- Buenos días, por favor, deme usted un billete a "rutina".
- ¿Qué asiento prefiere usted señora?.
- Pues mire, como estoy como un camión cisterna, ya me ve, pues el más cómodo posible, pero eso sí, quiero el primer viaje.
- Aquí tiene señora.
- Pero esto no es un ticket hacia "rutina".
- No señora, aquí pone "paciencia" que no le queda ná, se larga usted a su casa el día 26 de Agosto.

Y efectivamente, llegada la fecha, aquí estábamos, en el destino que quería.
Quería llegar y quería llegar y quería llegar. Ya no por el hecho de que crea que la rutina sea un mecanismo que aporta seguridad y en consecuencia minimiza imprevistos y sorpresas, sino porque uno, yo, después de estar casi tres meses fuera de casa, dormir en cuatro hoteles distintos, tres casas distintas, planchar la oreja en ocho o nueve almohadas también distintas, remover, hacer y deshacer maletas, coger el coche e ir venir, ir, venir, ir, venir, necesitaba calma. Sin más. Estabilidad.
Que no, que no me estoy quejando del verano, para nada. Bien es cierto que mentiría si dijese que no ha sido un poco raro, pero he disfrutado mucho, he visto a quienes quería, a otros no tanto por las circunstancias, he paseado, comido y glotoneado...he disfrutado del fresquito del Norte...pero sí, he terminado cansada y porque soy de las que cree, que como en casa de uno, no se está en ningún sitio.
Unos pensaréis que menudo coñazo volver a "rutina" y después que te viene la depresión post-vacacional...pero no sé, haciendo una pequeña meditación y no de esas en posición de loto que tampoco hace falta profundizar tanto, he llegado a la conclusión de que lo que aburre no son los hábitos regulares, las cosas que se hacen en "rutina" por mera practica sin razonar, sino que lo que nos ocurre, es que muchas veces, carecemos de falta de motivación en nuestros quehaceres diarios.
Ahora bien, no voy a negar que entre "rutina" y "monotonía" hay muy poquita distancia, vamos que si te descuidas, cruzas más allá de la mercería, y ya tienes el pie en el otro pueblo, pero, debemos recordar, que no hay ni un solo día que sea igual y es ahí donde debemos fijarnos.
Yo es que, querid@s, en "rutina" estoy muy a gusto. Siento y palpo el orden y eso sí que es imprescindible (para mí). Me aporta estabilidad y de ahí, me cojo el bus y me voy a un barrio buenísimo; "tranquilidad". Continúo el trayecto y me bajo en "optimismo". Que es otro bien bonito, más que el de Salamanca o los Austrias.
A si que, así os lo digo: he tenido unas muy buenas vacaciones en España, ahora he vuelto a mi casa, al país donde nacerá si Dios o Alá quiere, mi segundo hijo; Martín. Estudiaré y estudiaré y el libro de inglés derribaré. Con una nueva pandi de chicas españolas, en busca y captura de una persona del hogar y, empezando unos pequeños protocolos de belleza porque los embarazos, causan estragos y reparten leña "a dolor" como se dice en mi pueblo.
A la, que voy a quitarme este ungüento de la "berola" que empiezo a oler a tex-mex, a preparar una crema de zanahorias con una cuchará de queso Philadelphia e ir a por mi niño mayor al cole donde va dando brincos de alegría.
¡Chhhhhh! ¡eh! a los de la depre post-vacaciones, a los que van arrastrando los pies al trabajo y escupiendo sapos y culebras, a los que se atormentan con el "ooooooooootra vez los malditos niños demonios cuellicortos  y sus juguetes enpantanados por el salón, a los que destinan frases emponzoñadas de veneno a los jefes, a las que se miran los pies y ven como se les ha convertido en una piedra pómez por culpa las sandalias, la arena y la piscina este verano, a todos y todas los que están con la retina fija en el reloj esperando que llegue la hora de largarse a casa o a la calle pero fuera del trabajo...a todos a todos a todos y a todas a todas a todas, deciros, que en la entrada a "rutina", hay un cartel muy bonito escrito por el ingenioso "Tarro de las Ideas" y que dice:
"Enamorate de tus ideas, trabaja con ilusión y recuerda que siempre, siempre, sale el sol. Hoy, es el día."





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